Las lesiones son el “pan de cada día” en el gimnasio, a todos les pasa y siempre hay alguien con algún dolor en la rodilla, los hombros, los brazos o algún otro lugar inexplicable, y eso significa que hay que parar el entrenamiento hasta recuperarse y estar en buenas condiciones para volver a la acción.

Claro que hay cosas que puedes hacer para evitar lesionarte (calentar, estirar bien y ser cuidadoso con los aparatos, siempre teniendo en cuenta tus límites), pero hay lesiones que son inevitables y pasan, aunque estés haciendo todo bien y que te dejan fuera del juego.

Entrenar con una lesión solo hace que el daño y el dolor aumenten, además, hace que el proceso de recuperación sea más lento y complicado y que tengas que para todavía más tiempo fuera del gimnasio, o que tengas que retirarte permanentemente, pero todos saben que solo se necesitan unas pocas semanas para arruinar todo el progreso y, por eso, los atletas, amantes del gimnasio (la tortura) buscan formas de recuperarse más rápido.

Así que si lo que buscas es salir de esa molesta lesión de la manera más rápida y segura posible, sigue leyendo y conoce cuáles son los pasos que debes de seguir.

Paso 1: Reposo

Te guste o no, un músculo lesionado debe descansar para poder recuperarse. Esto es lo más obvio, peor también lo más importante, si no lo haces, podrías estar sometiendo al músculo lesionado a estrés innecesario que solo va a causar más daño.

La cantidad de tiempo puede variar, pero es indispensable para la recuperación y es el paso que va a reducir las posibilidades de que la lesión vuelva a aparecer en el futuro. La regla general dice que debes esperar por lo menos un par de días después de dejar de sentir dolor para volver a trabajar ese músculo, y debes hacerlo de forma gradual.

Paso 2: Hielo

Es importante que apliques hielo tan pronto como comiences a sentir una lesión, esto ayuda a reducir la inflamación, lo que puede reducir la severidad de la lesión y ayudarte a recuperarte más rápido. Debes hacerlo por periodos de 15 minutos por un periodo de 24 horas después de haber sufrido la lesión y nunca poner el hielo directamente sobre la piel.

Paso 3: Trátala inmediatamente

Un doctor puede ayudarte a identificar si es algo realmente grave o si tu lesión solo necesita un poco de reposo y cuidados leves. Atender una lesión en cuanto sucede te deja entender la gravedad de la situación, pero también te ayuda a saber qué tipo de tratamiento y atención necesitas.

Paso 4: Elevación y calor

Esto no siempre es necesario, pero, dependiendo de la zona lesionada, la elevación ayuda a sanar de forma más eficiente porque, al elevar la zona afectada ayudas a detener la inflamación y a eliminar cualquier residuo tóxico o dañino que se produzca en la zona lesionada.

El calor ayuda a estimular el flujo sanguíneo y a llevar más nutrientes y anticuerpos a la zona dañada. Los expertos dicen que primero debes aplicar hielo para reducir la inflamación, pero después puedes comenzar a aplicar calor para continuar con la recuperación.

Paso 5: Vuelve lentamente

Una vez que te hayas recuperado, es importante que no vuelvas a tu rutina normal de golpe, debes empezar poco a poco para asegurarte de que el músculo puede aguantar la presión enfocándote en recuperar la fuerza, la flexibilidad y el movimiento, esto va a evitar que vuelvas a lesionarte.

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